Gentiana amarella - Genciana
Caracterológicamente esta persona corresponde a una persona triste, pesimista y que interrumpe con facilidad lo que empieza si sus logros no cubren sus expectativas rápidamente.
La limitación que la actitud crea, se manifiesta crónicamente en forma de pesimismo profesional y de escepticismo empedernido, ya que cae en un obsesivo poner todo en tela de juicio.
Su pesimismo lo lleva a desanimarse fácilmente y a identificarse con el fracaso, lo que le impide tener una visión panorámica y objetiva de las situaciones en las que se ve inmerso.
Esta falta de visión global lleva a la persona a no extraer los aspectos positivos de las situaciones, anclándose sólo en el polo negativo de las mismas.
Con razón se dice de estas personas que no serían felices aunque pudieran. No es de extrañar que este modo negativo de ver la vida sea el terreno abonado donde se asienta el desánimo y duda sobre sí mismo.
Frecuentemente se perciben actitudes en forma de inseguridad y dudas, ambas provocadas por la falta de fe y de confianza. Son personas que en el fondo no creen en lo que hacen, aunque a veces aparentemente estén desarrollando la vocación de su vida.
Son débiles para luchar. Perciben el mundo como un lugar especialmente lleno de obstáculos puestos para ellos. Son personas de reacciones lentas
Sus tendencias psicosomáticas están encaminadas a cualquier angustia física que no tiene una verdadera importancia pero que preocupa y deprime a quien la sufre.
Pueden ser: dolores de estómago, cabeza, o desarreglos digestivos, circulatorios. Las enfermedades que producen la sensación de abatimiento, sean estas graves o no.
El tipo de depresión es de las denominadas reactivas, es decir las que obedecen a una causa identificable por el propio paciente.
El error básico de esta persona es la negación a dejarse guiar por su YO SUPERIOR y poder verse como parte de un todo más grande.
Esta actitud les lleva a restringir sus posibilidades de percepción a su limitada persona. Es esencialmente racional y cree que debería poder manejar todo por la razón.
No comprende que cada situación difícil, cada contratiempo, trae consigo la posibilidad de aprender y en consecuencia de evolucionar.
El tratamiento con Gentian está orientado para ayudar a superar la depresión y la melancolía que sobreviene por causas conocidas o desconocidas.
Anima y permite vislumbrar una mañana mejor.
En la infancia y adolescencia, ha demostrado su eficacia en la desmoralización provocada por el fracaso escolar.
A veces en el transcurso de un tratamiento se mejora hasta un punto y a partir del cual se produce un estancamiento. Esto puede ser debido a una actitud inconsciente de bloqueo, motivado por el escepticismo y el pesimismo, siendo adecuado en estos casos prescribir este remedio.
Es un remedio muy útil en cualquier convalecencia ya que aporta energía.
Para aquellos que se desaniman fácilmente. Pueden estar logrando progresos en los asuntos de la vida cotidiana o sanando de una enfermedad; sin embargo, cualquier pequeño retraso u obstáculo en su progreso les causa incertidumbre y rápidamente se descorazonan.
Son personas con coraje, optimismo, entendimiento. Tras un fracaso se sienten con ganas de probar de nuevo. Los pensamientos negativos desaparecen.
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