Chicory - Flores de Bach

Cichorium intybus – Achicoria

Esta tipo de persona es la más emocional de todas. En el estado negativo, el amor no es algo que se brinde desinteresadamente, sino que se convierte en una moneda de cambio para beneficio exclusivo y egoísta de este tipo de personalidad.
En estas personas el amor no fluye libremente hacia los demás, sino que podría hablarse de una obstrucción energética que desvía esta energía hacia adentro. Cuando esto ocurre, en lugar de olvidarnos de nosotros mismos, nuestra persona se centra excesivamente en sí misma.

El impulso externo de comprensión y amor hacia los demás se vuelve hacia dentro exigiendo de ellos atención, comprensión, amor y fidelidad.
Para obtener todo lo que en su error esta persona codicia se estructura un complicado sistema de premio/castigo; lealtad/traición. A la tremenda posesividad que ejercen sobre sus seres queridos hay que añadir una clara tendencia a la manipulación, cuyo grado de sutileza dependerá en gran medida de su nivel cultural e
intelectual. El ejemplo clásico negativo está dado por la "súper madre" posesiva que todo lo controla, organizando y gobernando la vida y los sentimientos de sus hijos; alegando siempre que naturalmente lo hace "por el bien de ellos".

Siempre tendrá algo que perfeccionar, proponer o censurar. Cuando es madre ve en sus hijos algún conato de rebeldía ante la opresión que ejerce, caerá en la culpabilización de ellos y en la autocompasión.

La autocompasión es uno de los mecanismos más socorridos de esta persona. Cuando sus hijos sean mayores es muy posible que no hayan madurado afectivamente, pero aunque lo hayan hecho, siempre habrá la posibilidad de algún grado de chantaje afectivo.
Estas personas escuchan poco y siempre llevan la conversación a su propio interés. Abruman y preocupan a los otros con cosas triviales, siempre centrados en si mismos. Buscan simpatía y atención a través de historias de autocompasión y no es raro que aumenten sus enfermedades y que incluso se las generen para tener a los demás atados y en su caso culpabilizados.

En sus relaciones de pareja y amistad son muy exigentes y posesivos. Cuando se creen desairados o contrariados, pueden responder con crueldad, rencor y venganza.

Quisieran mantener lazos afectivos ya superados como madre/hijo, novio/novia y otros. En todos los casos este tipo de persona desearía seguir controlando la situación afectiva.
Les cuesta perdonar y olvidar. Se ha descrito que es irritable, de llanto fácil. Teme la soledad y a perder amigos, relaciones o posesiones.
Psicológicamente se ha creído ver en el estado negativo una infancia desprovista de amor, que más adelante crea un profundo vacío anímico interior y un sentimiento de no ser querido por nadie. Este vacío determinará a su vez un reclamo permanente de dedicación, reconocimiento y compasión, dando origen a todas las manifestaciones descritas.

Sus tendencias psicosomáticas desarrollan enfermedades muchas veces imaginarias, pero que desaparecen cuando logran el control de los que tienen a su alrededor. Pero incluso pueden mantener una enfermedad para que no les deje solos.
Pueden tener dolores de cabeza, mareos, urticaria u otras cosas y que en algunos casos se vuelven de generativas.
Tendencia a afecciones cardíacas y ginecológicas. Patologías mamarías, fibromas, ausencia injustificada de menstruación, estreñimiento, depresión, hipertensión arterial y posesividad
El tratamiento con esta flor gobierna en anatomía el aparato sexual y reproductor, mamas, sistema endocrino, corazón, sistema urinario, manos y
brazos, de ahí que cuando se muestran sus patrones negativos, haya una predisposición especial a contraer cualquier enfermedad en los órganos citados.

Es el tratamiento para las personas que se crean dependencias sentimentales por ser excesivamente posesivas. Para la ofensa y el dolor producidos al sentirse excluidos afectivamente, lo cual puede llevar a la manipulación emocional y la autocompasión.

Con la toma de Chicory se favorece que la gran energía maternal sea desembolsada positivamente, dándose desinteresadamente sin esperar una retribución a cambio y permitiendo el crecimiento de los demás.

Para las personas, que están muy atentas a las necesidades de los demás. Tienden a cuidar excesivamente a los niños, a sus familiares, amigos, siempre encontrando algo que pueda ser rectificado.

Están continuamente corrigiendo lo que consideran erróneo y disfrutan haciéndolo. Anhelan que aquellos por los cuales se preocupan permanezcan con ellos.

El aspecto positivo está representado por aquellas personas con gran fuerza interior y gran capacidad de amar. Tienen además un penetrante poder de discernimiento, acompañado de una voluntad implacable, una infatigable determinación hacia la consecución de las metas que se fijan y un espíritu de justicia hacia los más débiles.

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