"Ferocactus Flavobidens" - Cactus
En lo Transfamiliar: Generación de culpa.
En lo Kármico: Arraigos a remordimientos, y recuerdo de experiencias hostiles de vidas pasadas.
En lo Pre-personal, aún está en estudio su campo de acción, pero parece relacionado con reencarnar y nacer a contra voluntad.
En lo Personal se trata de pacientes con abulia, miedo al abandono, incapacidad de expresar los afectos, desvalorización de sí mismo, frustra la manipulación, y ayuda a encontrar el poder en la palabra.
Conecta con situaciones de intenso dolor pero vivido éste como sufrimiento por la humanidad, haciéndola generatriz de AMOR (con mayúsculas), impersonal y absolutamente incondicional.
Esta es una esencia recomendable para trabajar aspectos transpersonales y kármicos. Desde el punto de vista de la personalidad de quienes puedan necesitarla se trata de personalidades depresivas con fuerte retraimiento, falta de energía psíquica y sentimiento de tristeza.
También pueden presentar otros síntomas tales como abulia, pesimismo, desvalorización y frustración.
Suelen tener fuertes sentimientos de culpa o bien penar por lo no hecho o lo perdido. Tienen problemas comunicacionales ya que su falta de armonía les impide codificar las informaciones recibidas tanto verbales como no verbales, de modo que luego no pueden utilizarlas en la realización de acciones concretas.
Esta es una esencia para armonizar el meridiano del hígado asociado en lo emocional con la ira. Muchos de los síndromes depresivos se acompañan de desequilibrio en este meridiano, ya que la represión de la ira es causa de depresión.
Es una esencia adecuada para trabajar tanto en el cuerpo emocional como el espiritual. El primero es aquel a través del cual sentimos, palpitamos o nos angustiamos. Es el encargado de impregnar de emociones nuestra conducta.
Cubre una serie de síntomas asociados con los afectos y los vínculos, entre los que se pueden citar: depresión, melancolía, angustia, miedo al abandono, soledad, indiferencia, frustración, aislamiento, incapacidad de expresar los sentimientos. El cuerpo espiritual en cambio sería una especie de representación etérica de nuestras formas físicas y actúa activando todo lo vinculado a nuestras vidas pasadas.
En lo etérico puede darse, ante el desequilibrio, comportamientos psicopáticos, delirios místicos y avatáricos. La conciencia sobre la enfermedad y el propósito de esta vida, también forman parte de este cuerpo. Otros aspectos del desequilibrio apuntan a cuadros de manipulación, anulación del desarrollo del otro(los vínculos). El poder de estas personas radica en la palabra.
A nivel orgánico, trabaja la diabetes insípida y la insulino dependiente; además resulta excelente en problemas del sistema nervioso parasimpático y sistema nervioso reflejo, ictericia, hepatopatías, coledocolitiasis, mastitis, ateroesclerosis, úlceras gástricas y duodenales, gastritis, flatulencia.
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